miércoles, 29 de enero de 2014

Terapia y Poder: Techné y Ethos

Terapia y Poder: Techné y Ethos
Nikolas Rose

RESUMEN:
El término poder interviene en la conformación y en la actualización de la libertad individual y lo hace en base a su carácter relacional. Es decir, el poder es una acción sobre otra acción. O dicho de esta manera, las relaciones de poder se hacen más eficaces y actúan con mayor efectividad cuando intervienen creando la superficie y propiciando las condiciones en las cuales los individuos ejercen su libertad.
Si tomamos el término poder en las psicoterapias, el autor propone contemplar la realidad de las prácticas terapéuticas actualmente existentes tal y como funcionan:
-          En primer lugar, la psicoterapia es una relación clientelar, es decir que alguien está bajo la protección y el patronazgo de otros, en otras palabras es dependiente. Aunque suele confundirse tres significados: el cliente es alguien que acude a los servicios de un profesional, además es alguien quien recibe algún tipo de asistencia, pero también una persona que está sometida a una relación de subordinación y dependencia.
-          En segundo lugar, el dinero está generalmente mediando la relación. La terapia no es algo que se hace libre y desinteresadamente como si se tratase de una ayuda a una persona que sufre. El cuidado aquí funciona a través de un contrato, lo que significa un intercambio libre y reciproco realizado entre iguales, que obliga a las dos partes y especifica que ciertos servicios o bienes van a ser proporcionados por una de las dos partes en intercambio por un específico precio.
-          En tercer lugar, la terapia implica un tipo de poder que puede ser denominado sacerdotal. Una persona confiesa y es conocida: la otra no, permanece silenciosa, recubierta de una aureola de ministerios, y se limita a  escuchar la confesión.
Este poder puede llevar consigo relaciones de coerción, represión, exclusión y negación; puede también crear cosas y puede ser una acción que guía a otros. Las relaciones de poder son vías para conformar la conducta de otros, sus acciones, sus intenciones y sus decisiones, si bien dejan una parte libre para actuar. El poder actúa fuertemente, mas efectivamente, cuando lo hace modelando las vías a través de las cuales los individuos ejercitan su libertad, y lo que me gustaría sugerir es que la forma más interesante de analizar esta cuestión del poder y de su influencia en la psicoterapia es examinando las vías mediantes las cuales los terapeutas conforman el camino a través del cual los seres humanos ejercen su libertad.
Dentro de este tema sale a flote un término que es la ética, que vinculada nos lleva la idea que he propuesto antes en la conformación y en la actualización de la libertad individual.
Dentro de las condiciones, se suele afirmar con frecuencia que las psicoterapias han minado y reemplazado a la religión y a la teología en nuestros códigos morales, es decir que las terapias han ocupado el lugar de la confesión y la terapeuta ha asumido el papel del sacerdote.
Dentro de las practicas éticas ha estado en relación, en distintos sentidos, con una cierta visión acerca de cómo deben ser modeladas las personas que son objeto de guía, las personas que deben ser sometidas a la ética, es decir, han estado basadas en ciertos presupuesto acerca de quién es la persona que debe ser instruida, que tipo de personas es la portadora de estos códigos éticos: hombre, mujer, maestro, esclavo, hombre libre, siervo, etc.
Y la pregunta, ¿por qué en nuestra cultura las terapias han venido a reemplazar o al menos a desplazar a estas antiguas técnicas de guía espiritual?, según el autor, las psicoterapias como el conocimiento psicológico, han surgido con la transformación de lo que supone que los seres humanos tienen que llegar a ser.  El hombre es hábil, y libre para elegir; y dentro de esta libertad cada uno es responsable de sus acciones y decisiones y sobre la felicidad o infelicidad de su propia existencia. “Cada uno tiene que ser actor en el drama de su propia existencia”.
Por otro lado, la terapia es nuestra respuesta al viejo mandato de “conócete a ti mismo”, dentro de esta manera de abordar, nace los lenguajes psicológico para describir a las personas y a su conducta hace surgir determinados tipos de yo localizados en determinadas zonas o campos de nuestro interior que son significativos y que nos obligan a hablar acerca de nosotros mismos en términos particulares con el fin de evaluarnos en realicen con determinadas normas y narrar nuestra experiencia a otros y a nosotros mismos mediante un lenguaje psicológico: “traumas”, “carencias emocionales”, “depresiones”, “represiones”, “proyecciones”, “motivaciones”, “deseos”, “extroversiones” e “introversiones”.
Al aplicar nuevos lenguajes a nosotros mismos, en tanto que seres humanos, podemos experimentar las cosas de un nuevo modo, formar nuevos proyectos y hacer un nuevo tipo de cosas; por ejemplo, iniciar una relación de ayuda psicológica, o mantener diferentes relaciones con nuestros seres queridos. También esto hace posible que surja un nuevo tipo de personas y tipo de personas y que podamos convertirnos en ellas.
El lenguaje es importante  en lo que se refiere a este asunto del poder y de la influencia de las psicoterapias. Pero las psicoterapias son algo más que el lenguaje, pues son vías de trabajo sobre nosotros mismos en una línea predominantemente práctica.
Líneas arriba hablamos sobre la ética, término que dentro de la psicoterapia se puede constar de cuatro dimensiones:
1.    Los escenarios éticos:
Se refiere a la vía de la cual todo un amplio conjunto de problemas espaciales han sido transformados mediante la aplicación de conocimiento terapéutico en soluciones terapéuticas. Se detalla en tres puntos:

a.    Subjetivación del trabajo: dónde, cómo trabaja, si está satisfecho con la elección, etc.
b.    La psicologizacion de la vida cotidiana: asuntos cotidianos se ha convertido en algo psicológico, como materias objeto de discusión y de comprensión a través de un lenguaje terapéutico.
c.    La nueva terapia de la finitud: que se comprende como un compromiso con los límites del ser humano: enfermedad, sufrimiento y muerte.

2.    Los materiales éticos: se refiere a aquellos aspectos del yo, dotados de una significación ética, que son evaluados, problematizados y sobre los cuales se ha de trabajar. El psicoanálisis considera al deseo sexual como punto primordial en las terapias; que concordando con el autor no es el único tipo de material sobre el que se debería trabajar las terapias pues resultaría engañoso, y el propone trabajar en base a la autonomía y la identidad.

3.    Las técnicas éticas: En cuanto a las técnicas debemos entender que los terapeutas suelen sentir satisfacción cuando se produce un cambio pues siempre, luego de cada terapia, se llevan algo a casa, lo cual es importante para la ética profesional contemporánea centradas en los usuarios y en los clientes.  Las técnicas no proporcionan simplemente a la gente un cierto lenguaje, no equipan a la gente con un cierto tipo de medios para descubrir y valorar su propio mundo. Entre las técnicas podemos encontrar 4: el compromiso con el yo, expresión del yo, evaluación de yo y la reforma del yo.

4.    Objetivos éticos: dentro de esto contamos con detalles etnográficos de lo que sucede en las situaciones terapéuticas, se podría observar el modo en el que a través de un complejo y sutil camino la labor conjunta del terapeuta y del paciente modula los problemas de acuerdo con ciertas gramáticas, repertorios y marco. Sea cual sea el método a usar para comunicar un problema; este debe ser un proceso de remodelar dicho problema.

COMENTARIO:
Normalmente buscamos una relación horizontal sin pensar que cuando estamos a cargo de una terapia establecemos una relación vertical; si bien es cierto el trabajo a realizar debe ser remunerado no debemos perder el lenguaje del cliente ya que así se sentirá mejor y en confianza.
El poder que como profesional o terapéutica se les otorga es poder abordar los problemas de los que nos buscan, cuidando siempre la ética como lo postula el autor.
Discrepo el punto de que se ha desplazado la consejería cristiana por la consejería psicológica, manifestando que el hombre es responsable de su destino, decisiones y problemas, que su autonomía se rige bajo la felicidad del mismo; en cuanto a mi pensar, si bien es cierto yo elijo lo mejor para mi vida; todo está bajo los planes de una fuerza superior que es Dios, y si bien gozo del libre albedrío el Señor sabe lo mejor para mí.
Si partimos de la idea de que el hombre es hábil o libre para elegir, no existirían tantas personas sufriendo o lamentándose por las malas decisiones, es así que es una falacia afirmar que el hombre puede decidir bajo sus propios medios, sino m´s bien es dependiente del consejo de otro.
En conclusión como terapeutas se tiene el poder para poder trabajar el problema de una persona y es así que el lenguaje, la ética y las técnicas a emplear deben ser estás enfocados al contexto de la persona y apoyarla en lo que se pueda, manteniendo siempre esa relación horizontal.

MAPA:


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