Terapia y Poder: Techné
y Ethos
Nikolas Rose
RESUMEN:
El término poder interviene
en la conformación y en la actualización de la libertad individual y lo hace en
base a su carácter relacional. Es decir, el poder es una acción sobre otra
acción. O dicho de esta manera, las relaciones de poder se hacen más eficaces y
actúan con mayor efectividad cuando intervienen creando la superficie y
propiciando las condiciones en las cuales los individuos ejercen su libertad.
Si tomamos el término poder
en las psicoterapias, el autor propone contemplar la realidad de las prácticas terapéuticas
actualmente existentes tal y como funcionan:
-
En primer lugar, la psicoterapia es una relación
clientelar, es decir que alguien está bajo la protección y el patronazgo de
otros, en otras palabras es dependiente. Aunque suele confundirse tres
significados: el cliente es alguien que acude a los servicios de un
profesional, además es alguien quien recibe algún tipo de asistencia, pero también
una persona que está sometida a una relación de subordinación y dependencia.
-
En segundo lugar, el dinero está generalmente
mediando la relación. La terapia no es algo que se hace libre y
desinteresadamente como si se tratase de una ayuda a una persona que sufre. El
cuidado aquí funciona a través de un contrato, lo que significa un intercambio
libre y reciproco realizado entre iguales, que obliga a las dos partes y especifica
que ciertos servicios o bienes van a ser proporcionados por una de las dos
partes en intercambio por un específico precio.
-
En tercer lugar, la terapia implica un tipo
de poder que puede ser denominado sacerdotal. Una persona confiesa y es conocida:
la otra no, permanece silenciosa, recubierta de una aureola de ministerios, y
se limita a escuchar la confesión.
Este poder puede llevar
consigo relaciones de coerción, represión, exclusión y negación; puede también
crear cosas y puede ser una acción que guía a otros. Las relaciones de poder
son vías para conformar la conducta de otros, sus acciones, sus intenciones y
sus decisiones, si bien dejan una parte libre para actuar. El poder actúa
fuertemente, mas efectivamente, cuando lo hace modelando las vías a través de
las cuales los individuos ejercitan su libertad, y lo que me gustaría sugerir
es que la forma más interesante de analizar esta cuestión del poder y de su
influencia en la psicoterapia es examinando las vías mediantes las cuales los
terapeutas conforman el camino a través del cual los seres humanos ejercen su
libertad.
Dentro de este tema sale a
flote un término que es la ética, que
vinculada nos lleva la idea que he propuesto antes en la conformación y en la actualización
de la libertad individual.
Dentro de las condiciones,
se suele afirmar con frecuencia que las psicoterapias han minado y reemplazado
a la religión y a la teología en nuestros códigos morales, es decir que las
terapias han ocupado el lugar de la confesión y la terapeuta ha asumido el
papel del sacerdote.
Dentro de las practicas éticas
ha estado en relación, en distintos sentidos, con una cierta visión acerca de cómo
deben ser modeladas las personas que son objeto de guía, las personas que deben
ser sometidas a la ética, es decir, han estado basadas en ciertos presupuesto
acerca de quién es la persona que debe ser instruida, que tipo de personas es
la portadora de estos códigos éticos: hombre, mujer, maestro, esclavo, hombre
libre, siervo, etc.
Y la pregunta, ¿por qué en
nuestra cultura las terapias han venido a reemplazar o al menos a desplazar a
estas antiguas técnicas de guía espiritual?, según el autor, las psicoterapias
como el conocimiento psicológico, han surgido con la transformación de lo que
supone que los seres humanos tienen que llegar a ser. El hombre es hábil, y libre para elegir; y
dentro de esta libertad cada uno es responsable de sus acciones y decisiones y
sobre la felicidad o infelicidad de su propia existencia. “Cada uno tiene que
ser actor en el drama de su propia existencia”.
Por otro lado, la terapia es
nuestra respuesta al viejo mandato de “conócete a ti mismo”, dentro de esta
manera de abordar, nace los lenguajes psicológico para describir a las personas
y a su conducta hace surgir determinados tipos de yo localizados en
determinadas zonas o campos de nuestro interior que son significativos y que
nos obligan a hablar acerca de nosotros mismos en términos particulares con el
fin de evaluarnos en realicen con determinadas normas y narrar nuestra experiencia
a otros y a nosotros mismos mediante un lenguaje psicológico: “traumas”, “carencias
emocionales”, “depresiones”, “represiones”, “proyecciones”, “motivaciones”, “deseos”,
“extroversiones” e “introversiones”.
Al aplicar nuevos lenguajes
a nosotros mismos, en tanto que seres humanos, podemos experimentar las cosas
de un nuevo modo, formar nuevos proyectos y hacer un nuevo tipo de cosas; por
ejemplo, iniciar una relación de ayuda psicológica, o mantener diferentes
relaciones con nuestros seres queridos. También esto hace posible que surja un
nuevo tipo de personas y tipo de personas y que podamos convertirnos en ellas.
El lenguaje es importante en lo que se refiere a este asunto del poder
y de la influencia de las psicoterapias. Pero las psicoterapias son algo más
que el lenguaje, pues son vías de trabajo sobre nosotros mismos en una línea predominantemente
práctica.
Líneas arriba hablamos sobre
la ética, término que dentro de la psicoterapia se puede constar de cuatro dimensiones:
1.
Los escenarios éticos:
Se
refiere a la vía de la cual todo un amplio conjunto de problemas espaciales han
sido transformados mediante la aplicación de conocimiento terapéutico en
soluciones terapéuticas. Se detalla en tres puntos:
a. Subjetivación del trabajo:
dónde, cómo trabaja, si está satisfecho con la elección, etc.
b. La psicologizacion de la vida cotidiana:
asuntos cotidianos se ha convertido en algo psicológico, como materias objeto
de discusión y de comprensión a través de un lenguaje terapéutico.
c. La nueva terapia de la finitud: que
se comprende como un compromiso con los límites del ser humano: enfermedad,
sufrimiento y muerte.
2.
Los materiales éticos: se refiere a aquellos
aspectos del yo, dotados de una significación ética, que son evaluados,
problematizados y sobre los cuales se ha de trabajar. El psicoanálisis
considera al deseo sexual como punto primordial en las terapias; que
concordando con el autor no es el único tipo de material sobre el que se debería
trabajar las terapias pues resultaría engañoso, y el propone trabajar en base a
la autonomía y la identidad.
3.
Las técnicas éticas: En cuanto a las técnicas
debemos entender que los terapeutas suelen sentir satisfacción cuando se
produce un cambio pues siempre, luego de cada terapia, se llevan algo a casa,
lo cual es importante para la ética profesional contemporánea centradas en los usuarios
y en los clientes. Las técnicas no
proporcionan simplemente a la gente un cierto lenguaje, no equipan a la gente
con un cierto tipo de medios para descubrir y valorar su propio mundo. Entre las
técnicas podemos encontrar 4: el compromiso con el yo, expresión del yo, evaluación
de yo y la reforma del yo.
4.
Objetivos éticos: dentro de esto contamos con
detalles etnográficos de lo que sucede en las situaciones terapéuticas, se
podría observar el modo en el que a través de un complejo y sutil camino la
labor conjunta del terapeuta y del paciente modula los problemas de acuerdo con
ciertas gramáticas, repertorios y marco. Sea cual sea el método a usar para
comunicar un problema; este debe ser un proceso de remodelar dicho problema.
COMENTARIO:
Normalmente buscamos una relación
horizontal sin pensar que cuando estamos a cargo de una terapia establecemos
una relación vertical; si bien es cierto el trabajo a realizar debe ser
remunerado no debemos perder el lenguaje del cliente ya que así se sentirá
mejor y en confianza.
El poder que como
profesional o terapéutica se les otorga es poder abordar los problemas de los
que nos buscan, cuidando siempre la ética como lo postula el autor.
Discrepo el punto de que se
ha desplazado la consejería cristiana por la consejería psicológica,
manifestando que el hombre es responsable de su destino, decisiones y
problemas, que su autonomía se rige bajo la felicidad del mismo; en cuanto a mi
pensar, si bien es cierto yo elijo lo mejor para mi vida; todo está bajo los
planes de una fuerza superior que es Dios, y si bien gozo del libre albedrío el
Señor sabe lo mejor para mí.
Si partimos de la idea de
que el hombre es hábil o libre para elegir, no existirían tantas personas
sufriendo o lamentándose por las malas decisiones, es así que es una falacia
afirmar que el hombre puede decidir bajo sus propios medios, sino m´s bien es
dependiente del consejo de otro.
En conclusión como
terapeutas se tiene el poder para poder trabajar el problema de una persona y
es así que el lenguaje, la ética y las técnicas a emplear deben ser estás
enfocados al contexto de la persona y apoyarla en lo que se pueda, manteniendo
siempre esa relación horizontal.
MAPA:
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